Para los empresarios de hoy, tener una buena gestión empresarial no significa solo significa lograr crecimientos de dos digitos, sino superar diariamente a la competencia. Hoy hemos dado la bienvenida a la competencia ya que aumenta la demanda y nos desafía a proporcionar una mejor información para ofrecer mejores expereiencias a clientes y a diseñar productos de mayor calidad.
Para hacer crecer nuestro negocio de manera sostenible, aumentamos nuestra nomina, buscamos la optimización nuestros sistemas comerciales y mejoramos nuestros procesos de fabricación. Esto nos ha ayudado a garantizar que podamos satisfacer adecuadamente la demanda de los clientes y mantener nuestros estándares de marca y servicio al cliente.
A continuación, quisiera comentar seis desafíos que la nueva gestión empresarial enfrentarán a medida que crezce su negocio, junto con a las recomendaciones que le ayudarán a manejar estos cambios con éxito.
1. Gestión del flujo de efectivo.
¡El efectivo es el rey! Los problemas de flujo de efectivo son la segunda razón más común por la que las pequeñas empresas fracasan. Las necesidades de dinero durante un período de crecimiento son elevados, sin embargo, estas pueden salirse rápidamente de control y dejarlo en una posición precaria.
Gestione su efectivo cuidadosamente. Acceda a los canales que producen ventas consistentes y trabaje para maximizar sus contribuciones a su cuenta de resultados. También, negocie condiciones de pago favorables con socios y proveedores. Eso si, asegure tener un adecuado soporte contable ágil en presentar informes y preparar pronósticos de flujo de caja.
2. Respondiendo a la competencia.
No es sino que su empresa tenga éxito; otros reconocen la oportunidad y entran en la industria. Muchos propietarios de pequeñas empresas no están preparados para las realidades de una competencia feroz, y rápidamente pierden su camino en un intento de responder. Es claro de hoy, son pocos los sectores donde la competencia no es una batalla de percepción, enfoque y marketing. Los negocios que dominen estos elementos y brinden una excelente experiencia al cliente ganarán la venta.
Manténgase enfocado en lo que hace mejor y continúe comunicando su propuesta de valor única a posibles clientes.
3. Una buena gestion empresarial debe Nutrir una gran cultura de empresa.
La cultura de su empresa se ve afectada por todas las personas involucradas con su organización. A medida que creces y más personas entran en la órbita de tu compañía, se vuelve más difícil ejercer control sobre tu cultura y corres el riesgo de descarrilarla.
Para hacer esto bien, permita que los valores de su empresa guíen todas sus decisiones y contrate a personas excelentes que abrazarán su papel como defensores de la cultura organizacional. Con los aliados de su lado en todos los niveles del negocio, su cultura podrá crecer y florecer.
4. Aprender cuándo delegar y cuándo involucrarse.
Hay ocasiones en que los empresarios deben involucrarse personalmente en decisiones específicas, como la planificación estratégica general y la contratación de puestos clave. Luego, hay momentos en los que es importante delegar y confiar en que sus gerentes tomarán la mejor decisión para su equipo y la compañía. Todo empresario debe aprender a familiarizarse con estas situaciones e intervenir cuando sea necesario sin agobiar a su equipo de liderazgo.
5. Mantenerse al día con los cambios del mercado.
Si su empresa opera en un sector que experimenta trastornos frecuentes, debe estar preparado para un cambio constante. Internalice la idea de que la interrupción es la nueva normalidad y trabaje en la capacitación de sus empleados para que sean ágiles frente a la incertidumbre. En radar deben estar todas las estrategias y objetivos que apoyen el desarrollo sostenible.
6. Decidir cuándo abandonar una estrategia.
A veces, los canales de comercialización que parecían llenos de potencial no funcionan y las nuevas líneas de productos no funcionan como se anticipó. Las fallas son una parte importante del crecimiento del negocio y los propietarios deben capacitarse para reconocer dónde ocurren, desviar recursos en consecuencia y aprender de esos errores.